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domingo, 27 de julio de 2014

EL CORTEJO HUMANO


CORTEJO HUMANO


 

Las conductas de cortejo se activan con la finalidad de atraer física y sexualmente a parejas potenciales.

Luego de la experiencia de sentirse inicialmente atraído por el otro, hay varias conductas observables en el juego seductor:

# Establecer contacto visual: la pupila del ojo humano se ensancha cuando el individuo siente interés por lo que ve.

“Te presto sin tiempo mis ojos, para que lentamente me descubras” (Celsa Barja Rodriguez)

# Mantener la mirada

# Ruborizarse

# Desviar la mirada, caída de párpados:

“Una mirada desde abajo es mucho más peligrosa que una directa” Diario de un seductor –Kierkegaard

#Devolver la mirada con timidez

# Mirar de soslayo sonriendo

# Exageración vocal de trivialidades

# Risa

“los ojos son los órganos donde se inicia el romance, pues es la mirada penetrante lo que provoca la sonrisa humana”

# Rotar para enfrentarse mutuamente

# Acercarse uno al otro

# Humedecerse los labios

# Ajustarse la ropa para descubrir la piel desnuda

# Tocar inadvertidamente

# Imitar los gestos del otro

 

Hay un esquema universal de flirteo: mirada penetrante, reconocimiento, conversación, el roce y la fugaz sincronía amorosa. Hombres y mujeres miran fijamente a una posible pareja, no más de dos o tres segundos, durante las cuales sus pupilas puedan dilatarse, señal de extremo interés. Luego él o ella apartan la vista. Pero esa mirada no pasa inadvertida, pues activa nuestra parte cerebral más primitiva, provocando interés o rechazo.

La característica de la mirada masculina, pareciera colaborar con esta secuencia seductora, como quién distingue a la futura “presa” entre todas las demás.

El encuentro de las miradas iniciará la conversación. Luego comenzará el contacto, al comienzo como un simple roce. Entre miradas y leves contactos llegaran al último peldaño del cortejo, que es la sincronía física total, un baile de movimiento corporal en espejo. Hace algunos años, era común la concresión final del romance, a través del baile cuerpo a cuerpo, los llamados “lentos”, esta sincronía física permitía la llegada del primer beso.

Algunas tácticas de cortejo femeninas y masculinas: actitud tímida, ladeo de la cabeza, el pecho hacia adelante, la mirada penetrante como parte de un código para atraer a la pareja. La mujer sonríe y levanta sus cejas, mientras abre bien sus ojos para ver quién la observa, baja luego los párpados y baja la cabeza, mirando hacia otro lado. El hombre, arqueando su espalda, echa su pecho hacia adelante como pavoneándose. Este “desplegar las plumas” de los hombres en su comportamiento seductor, es una forma de publicitarse ante las hembras. También incluyen en el cortejo sutiles comportamientos territoriales. Los otros hombres son posibles competidores en la conquista.

En todo este juego seductor, cada quién seguirá su propio mapa, una serie de características físicas psicológicas y comportamientos mentales que encontrará atractivas en el compañero. Esto lleva la marca de la propia individualidad.

“La mujer ha perdido a un príncipe que quedó sumergido en las historias de su infancia y que ahora reaparece en el hombre de sus sueños. En la pasión amorosa, hay un reencuentro con lo que hemos perdido” (Sigmund Freud)