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sábado, 16 de agosto de 2014

AUTOEROTISMO : " De cómo un oscuro vicio se convirtió en una superestrella sexual"



 

La masturbación, práctica sexual común y extendida en todo el mundo pasó por distintas etapas: primero fue considerada un tema médico y moral importante, culpando al “vicio solitario” de producir daños físicos, mutilaciones e incluso la muerte. En un segundo momento se la definió como una etapa del desarrollo humano y luego en un elemento clave en la lucha por la liberación sexual y personal .

Durante siglos, la masturbación ha sido condenada por considerarse tanto pecaminosa como perjudicial. Ya desde la raíz latina de la palabra, “manus stuprare”,(cometer estupro contra uno mismo, utilizando las manos) notamos la connotación vergonzosa que conlleva el término.

En la Biblia, aparece un personaje llamado Onán, cuyo nombre es el origen del término sexual onanismo. La historia cuenta que después que su hermano mayor falleciera, Onán debía casarse con su viuda Tamar, tal y como dictaba la ley judía. Cada vez que tenía una relación sexual con su cuñada, eyaculaba sobre la tierra. Como respuesta a este acto, Dios mató a Onán. La interpretación judía consiste en que Onán derramó su semilla (semen) y por tal motivo fue condenado a muerte. Ese pasaje es citado como una razón para prohibir tanto la masturbación como el coito interruptus, ya que el principal pecado en ello sería el desperdicio o derramamiento de semen.

A principios del siglo XVIII, un anónimo monje inglés, escribe un breve tratado, “Onania o el atroz pecado de la autopolución……”. Mientras que anteriormente, se aconsejaba no practicar la masturbación por motivos morales y religiosos, Onania aconsejaba no practicarla por motivos de salud, afirmando que era prácticamente la principal causa de todas las enfermedades físicas.

Se seguía la vieja teoría del agotamiento del semen, que emplearlo sin necesidad llevaba a un estado de debilidad, a la anemia y la propensión de contraer enfermedades.

No era tan ingenuo. Traía consigo el interés en vender un medicamento destinado a remediar los supuestos efectos perjudiciales de la práctica de la masturbación.

En el año 1758 un médico francés, Tissot, declaraba que toda actividad sexual era peligrosa para el cuerpo, porque agotaba los nervios y esto podía producir locura.

Tissot consideraba a la masturbación como la más mortífera de las prácticas sexuales. Quién se masturbara tenía que padecer dolencias terrenales como agotamiento, melancolía, ataques, ceguera, impotencia, imbecilidad y parálisis. Llegó a sostener que al daño físico y psíquico sobrevenía un daño moral con el castigo divino consiguiente.

¿Cómo se llegó a pensar en la relación entre la masturbación y la locura? Desde principios del siglo XVI en adelante, una serie de estallidos virulentos de sífilis empezaron a extenderse entre la población europea, provocando muchas muertes. No existía ninguna teoría sobre el modo en que se contagiaban las enfermedades venéreas, solo se observaba que la contraían los que eran más activos sexualmente. A esto se añade que los internados en los manicomios jugaban con los genitales más de lo normal, de ahí sale la errónea conclusión que la excitación frecuente de los genitales, ya sea mediante el acto sexual o el llamado vicio solitario, fuera la causa de la debilidad física y mental.

En el transcurso de la segunda mitad del siglo XIX, muchos médicos no vacilaron en utilizar las más drásticas medidas destinadas a combatir la “enfermedad” de la masturbación. Se inventaron dispositivos de restricción física, jaulas y bragueros que rodeaban la zona genital, impidiendo que el paciente la tocara. Clavos de hierro destinados a castigar al miembro en caso de que se atreviera a erguirse.

Algunos médicos llevaban a cabo operaciones quirúrgicas donde se extirpaba el clítoris o se hacía una circuncisión. También se realizaban cauterizaciones de la espina dorsal y los órganos genitales, así quedaban insensibles a los estímulos sexuales.

Para la mitología popular, la masturbación causaba pecas en la cara, pelos en las palmas de las manos, acné, descalcificación ósea, crecimiento de verrugas, secado de testículos, caída del clítoris, reblandecimiento del cerebro.

Un médico estadounidense del siglo XIX, JOHN HARVEY KELLOGG, indica a los padres como descubrir si sus hijos se masturbaban. El método era llamado como el de los “39 síntomas”. Entre ellos estaban: síntomas de agotamiento, cambios de humor, insomnio, timidez, amor por la soledad, calvicie prematura, rigidez en las articulaciones, paso torpe, dormir en mala posición, asco por la comida sencilla, uso de tabaco, acné, morderse las uñas, palidez no natural, uso de palabras obscenas…… Y si no tenía alguno de estos síntomas, era  porque había aprendido a disimular su vicio. Nadie quedaba fuera de ella. Los remedios eran circuncisión inmediata sin anestesia y aplicación de ácido carbónico puro en el clítoris.

En 1865 se publicó un libro donde se detallaban casos en que las mujeres había sido curadas de los males de la masturbación gracias a la clitoridectomía. Se sospechaba que el clítoris era responsable de la histeria, la epilepsia y otras formas de locura.

Hacia el año 1900 se empezaron a escuchar voces de cordura dentro de la profesión médica y comienzan a discutir que tal vez la conexión entre la masturbación y los trastornos mentales no se debiera a la masturbación sino a alguna reacción emocional del individuo. Comienza a cuestionarse la calificación de LOCURA MASTURBATORIA  de Krafft –Ebbing.

Entre los años 1911 y 1912, la Sociedad Psicoanalítica de Viena realiza un “Simposio sobre Onanismo” donde Sigmund FREUD  habla del RETORNO TERAPEUTICO DEL ONANISMO. Freud subrayó el carácter sexual de todos los aspectos del comportamiento y de la experiencia humana. La masturbación se volvió una etapa del desarrollo.

Todos los niños son naturalmente autoeróticos y no puede considerarse una desviación patológica de cualquier norma humana. El autoerotismo es inevitable como parte del proceso de maduración humana, sexual y psicológica.

En su “Tres ensayos para una teoría sexual”, hablaba de la actividad autoerótica de niñas y niños concentrada en la estimulación del pene y del clítoris, este último teniendo las mismas características de excitabilidad que el miembro masculino.

En esa misma época, WILHELM REICH descubrió que algunos pacientes estaban tan sexualmente inhibidos que apenas podían tolerar las sensaciones eróticas. Cuando estos pacientes informaban que habían conseguido masturbarse con placer, Reich consideraba que había dado un importante paso en la terapia. “Si un paciente logra su primer orgasmo, por lo menos masturbatoriamente, es un logro en camino hacia la mejoría”.  Así se empieza a allanar el camino para las TERAPIAS SEXUALES.

Ahora….. Por qué la masturbación desapareció como causa de serias enfermedades hacia el final del siglo XIX y comienzos del siglo XX?

En 1861, el químico Luis Pasteur desarrolló la teoría microbiana que planteaba que las enfermedades no se contraían por exceso de actividad sexual sino por la transmisión de microbios presentes en los fluidos.

Hacia 1900 había quedado claro que la tuberculosis, una de las principales enfermedades atribuidas al onanismo, y las enfermedades graves en general, eran causadas por bacterias o lesiones orgánicas, no por la masturbación. En 1905 se identificaron los microbios que transmitían la gonorrea, el chancro blando y la sífilis. Luego, con el descubrimiento de la penicilina, 50 años más tarde, pudieron curarse.

En 1953 aparecen los INFORMES KINSEY:  que fueron la mayor revolución de la percepción de la sexualidad. Se realizó entrevistando a más de 20000 hombres y mujeres, con un sistema de completa confidencialidad.

Ayudó a desterrar mitos y evidenció que conductas que hasta entonces la mayoría consideraba marginales o incluso inmorales, eran practicadas por un porcentaje alto de la población.

Los datos que aportaron permitieron confirmar la normalidad de la masturbación desde un punto de vista estadístico. Y  a la luz de esos resultados, la masturbación no podía considerarse un comportamiento desviado o insólito.

Con la llegada de la píldora anticonceptiva, las mujeres comenzaron a disfrutar de una libertad sin precedentes. Mucho más control sobre su propia fertilidad y capacidad para evitar el embarazo no deseado.

A partir de ahí, en la década del 60 comienzan a aparecer materiales escritos por feministas, donde se anima a las mujeres a apreciar la belleza de sus órganos genitales, a sentirse a gusto con sus necesidades y sensaciones sexuales y a sentirse libres de masturbarse como medio de explorar y de gozar de sus cuerpos.

AUTOEROTISMO

Se entiende la masturbación como una parte integral de la maduración de las capacidades sexuales y emocionales del hombre. Es el contacto más intimo que un individuo puede establecer con su propia persona.

La cuestión de si la masturbación es buena o mala depende primordialmente de si una persona la utiliza o no para desarrollar su capacidad de amor sexual.

La experiencia masturbatoria tiene dos componentes: ORGASMO Y FANTASIA.

Aprender a alcanzar orgasmos masturbatorios placenteros podría ayudar a las personas a experimentar mayor placer y alivio a través de los orgasmos alcanzados en el transcurso de los actos sexuales.

El conocimiento que se adquiere a través de la exploración masturbatoria puede ser útil con vista a la búsqueda de la satisfacción sexual con otras personas.

Mientras se masturban , las personas pueden combinar las mágicas satisfacciones de la fantasía con la agradable estimulación física. Las fantasías sexuales a los individuos a alcanzar, aumentar y mantener la excitación sexual tanto durante la masturbación como en la relación sexual.

La fantasía provoca una reacción sexual y la culminación sexual refuerza la ulterior utilización de la fantasía.

La autoestimulación infantil permite al niño explorar su propio cuerpo y se crea unas sensaciones corporales para si mismo agradables. Los padres, al aceptar la masturbación, le muestran al hijo que las sensaciones eróticas que experimenta son también consideradas buenas por ellos. Percibiendo las reacciónes de los demás, un niño aprende qué es lo que se considera bueno o malo y que se espera socialmente de él.

Es importante que el niño sea libre de explorar y estimular su propio cuerpo, sin sentimiento de culpabilidad y sin inhibiciones. El niño debe saber que es libre de satisfacerse en privado siempre que lo desee.

Si un chico se estimula sus genitales, es parte de su desarrollo psicosexual, pero si lo hace en público, en la escuela o de una manera irrefrenable, no es que tenga un problema causado por la masturbación sino que se masturba como consecuencia de una dificultad a la que no encuentra solución.

La masturbación en si misma no es positiva o negativa. Depende de las experiencias y de las finalidades que se proponga la persona que recurra a ella (estado de angustia,  estados obsesivos compulsivos, como aquellas que se hacen sin placer como parte de un ritual frente a una situación tensionante. ) . Lo ideal es que el autoerotismo ayude a desarrollar las posibilidades del amor sexual adulto.

CONCLUSIÓN

Tres momentos históricos a través de los cuales hemos recorrido el concepto de masturbación….. desde “Onania” hasta las modernas terapias sexológicas…. Masturbación enlazada a la patología corporal hasta el retorno terapéutico del onanismo…. Desde la medicina como guía moral hasta la masturbación como etapa del desarrollo.

El individuo nace inmerso en un medio cultural del que no podrá escapar y esa cultura determina el molde a través del cual van a ser interpretados los hechos. Nacer antes o después del descubrimiento de la teoría bacteriana, que reemplazó las causas sociales y culturales de la enfermedad, cambiaba la óptica desde la cual iba a ser juzgada la actividad autoerótica.

¿Cómo es que el niño puede conocer su cuerpo, cuando se ve liberado de los pañales, si no es tocando, acariciando, estirando? La actitud de los padres puede ayudar o no en este desarrollo. La única manera de conocer nuestra propia capacidad y nuestras sensaciones es mediante la autoexploración.

Este necesario autoconocimiento corporal, que subyace en las terapias sexuales, a través del uso de la AUTOFOCALIZACIÓN (concentrarse en la percepción táctil de su propio cuerpo)  y la FOCALIZACIÓN SENSORIAL (la pareja abandona el acto sexual durante un tiempo y limita su actividad erótica a tocarse y acariciarse suavemente el cuerpo), además de la utilización y entrenamiento con fantasías eróticas.

La posibilidad de desarrollar a pleno nuestra sexualidad, depende de nosotros, de cómo exploremos nuestro cuerpo y nuestra sensibilidad.
 
 
LIC. MARIA ESTER ANTELO