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sábado, 5 de octubre de 2013

SWINGERS - SEXO SOCIAL RECREATIVO




SWINGERS

SEXO SOCIAL RECREATIVO


La palabra swinger se deriva del verbo inglés “to swing” que significa balance, libertad de movimientos, oscilación: swing, por lo tanto, es aquella persona con amplio criterio, que decide ejercer su libertad de acción en lo que respecta a su vida sexual. Esto incluye el intercambio de pareja, la práctica de sexo en grupo de tres personas o más y todas las variaciones que pueden surgir de ello.

Los swingers se definen a sí mismos como “una pareja que practica el sexo con otra pero sin separarse, en el mismo espacio físico, es decir, trasladando el placer de uno a otro, mirando al ser amado gozar”.

Concepto del que parte la filosofía swinger: “no creen en la propiedad privada de la pareja, no se sienten dueños del cuerpo del otro y por eso se pueden permitir buscar otras fuentes de placer”. Para sostenerlo se necesitaría un diálogo constante, porque la práctica puede detonar ciertos celos y reproches inevitables.

La principal directiva en el intercambio de pareja es “NO” significa no. El rechazo a una proposición sexual no requiere justificación y debe ser siempre respetada. La violación a esta regla, en ocasiones, lleva a la expulsión inmediata. Otras reglas estrictas en muchos clubes de intercambio de pareja es el uso obligatorio de preservativos.

El estilo de vida swinger nació a principios de la Segunda Guerra Mundial (1939) en Filipinas, entre los miembros de alto rango de la United State Air Force; pilotos de élite de las tropas establecidas allí, que estaban junto a sus familias. Su tasa de mortalidad en la guerra era la más alta entre la totalidad de las fuerzas armadas y probablemente debido a esto, la no monogamia entre ellos se hizo común.

Algunos militares, junto a otras mujeres que no siempre eran sus esposas, inventaron un juego que consistía en poner dentro de un sombrero las llaves de sus habitaciones y al azar, intercambiaban sus parejas. De ahí que la cerradura y las llaves forman parte de la simbología del movimiento.

De todas maneras esta práctica es antigua en otras civilizaciones. Los esquimales, por ejemplo, acostumbraban prestar sus mujeres a sus vecinos cuando salían a cazar. El objetivo era la preservación de la mujer que podía no resistir las bajas temperaturas, sin el apoyo de alguien.

Según NASCA (North American Swing Club Association, fundada en 1979) la actividad swinger  uede definirse como sexo social recreativo. Es un encuentro social y sexual con alguien que no es su enamorado, novia o novio, muy diferente de la tradicional relación de pareja de uno a uno y donde el objetivo principal es el sexo recreacional. La actividad puede ocurrir en una fiesta swinger, en un encuentro de pareja a pareja, o con una tercera persona en un trío. Aunque los hombres y mujeres solas también estén incluidos, es principalmente una actividad de parejas.

A la Argentina llegó hace 30 años por iniciativa de un grupo de hombres de clase alta que habían conocido el Club de París, la meca del swinger europeo. Los primeros encuentros fueron en el Delta del Tigre, pero con acceso restringido.

La comunidad que existe en la Argentina está tramitando su personería jurídica ante la justicia para formar la Asociación Argentina de Swingers.

Existe un código en la práctica swinger. Las reglas que siguen son:

1)      La pareja siempre debe estar de acuerdo. Los dos tienen que saber de qué se trata una casa de swing. La sorpresa no vale.

2)      La relación tiene que ser buena. Nadie debe buscar en el swing una solución a las crisis amorosas.

3)      No se debe condenar ninguna fantasía. Además, nadie puede comentar con conocidos lo que sucede allí entre las parejas.

4)      La sutileza es el arma de esta relación. Bastan una mirada o una caricia para sugerir el intercambio. Sentarse cerca también es un buen comienzo.

5)      Todos deben permanecer anónimos. Dentro y fuera de las boites, nadie conoce a nadie. Dar nombres, jamás.

6)      Los hombres no deben ir acompañados por mujeres que no sean su esposa, su novia o una amiga.

7)      Es preciso evitar ser exhibicionista para no causar inhibiciones. Sobre todo, los hombres solteros.

8)      Es apropiado quedarse por lo menos una hora tomando algo o bailando antes de subir a las cabinas del amor.

 

 

En la lectura de distintos testimonios de parejas swinger, aparecen varias ideas centrales. Una de ellas, es que en  el intercambio swinger, sólo se trataría de sexo genital, y así no habría ocasión para desarrollar una relación romántica paralela. Por eso, lo muestran como una especie de vacuna contra la infidelidad, ya esto  permitiría dar rienda suelta al deseo con otras mujeres y hombres, sin poner en riesgo la continuidad de la pareja. De ahí la importancia para ellos que la pareja swinger funcione bien antes de comenzar con esta experiencia, para no quedar atrapado en otro tipo de situaciones románticas que lleven a la ruptura del vínculo

 
Pareciera que se tratara de re contratar nuevamente la unión, preservarlo de la ruptura ante la aparición de una posible infidelidad, y de este modo, se buscaría en el intercambio una vía de escape de la rutina. Para ellos, sería una manera de reinventarse en la cama, teniendo como premisa la presencia del cónyuge, y así no sería entendida como adulterio.


La diferencia que sostienen tener con los matrimonios abiertos, es que éstos se toman una libertad absoluta en el plano sexual y esto genera riesgos….como los celos que se despiertan al pensar que no saben con exactitud todo lo que hizo en la salida con un tercero sin la compañía de la pareja.

 
En una entrevista realizada al Dr Sapetti, menciona que si bien el intercambio de parejas no constituye una patología, muchas veces en consulta se ve la dificultad de algunos hombres en ver a su mujer gozar con otro, esto los hace medirse con este otro que comparte cama con su compañera.

 
Al sexo swinger se lo caracteriza como sólo genital, no pudiendo reemplazar al sexo en pareja, y es pensado como una forma diferente de preservar el vínculo de infidelidades.

 
“Sabemos que el amor no cabe en una jaula, que sobre él no existen derechos adquiridos” (Testimonio). Vivirían el amor alejado de la idea de propiedad sobre el cuerpo del otro, seguros que la calidad del vínculo que han conseguido,  va más allá de la simple expresión genital.

 
“Una pareja  estable, madura, con comunicación tendrá en el swinger una alternativa de diversión y placer seguro….” (Testimonio)

 
Re contratar el vínculo, teniendo en cuenta las dificultades de mantener a ultranza una monogamia absolutamente cultural y  tratando de escapar a la infidelidad vivida como un nexo peligroso donde se le agrega lo sentimental al sexo puramente genital, con el consecuente riesgo que esto implica para la continuación del vínculo.


Por ende, la actividad swinger,  para los que la practican,  no se equiparía al adulterio, porque para que haya adulterio tendría que existir un engaño, un ocultamiento, que en esta práctica no existe, no habría secretos. La ilusión de vivir el placer sexual sin exponer a la relación de pareja y sin comprometer la continuidad.


Parten de pensar por qué habría que pretender el goce exclusivo del cuerpo  del otro, y de esta manera, la actividad swinger se presentaría  para los que la practican como un antídoto contra la infidelidad, intentando dejar de lado el concepto de posesión sobre el otro.

 

 

Lic. María Ester Antelo

 

REFERENCIAS:

 

# Revista SASH – Otoño 2006. Artículo: el movimiento swinger

# Artículo Página 12 –Se multiplica en el país el movimiento swinger

 

 

 

 

 

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