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miércoles, 25 de septiembre de 2013

PAREJAS NO CONSUMADAS



PAREJAS NO CONSUMADAS
 
 
 
 
La definición de "Matrimonios no consumados" (más correcto, Parejas no consumadas) nos dice que son se trata de un trastorno que presenta una pareja que, pese a intentar la realización del coito de manera regular (por lo menos, una vez por semana) , no pudo lograr  nunca la penetración intravaginal, después de un lapso fijado arbitrariamente en cuatro meses luego del primer intento.
 
Las causas orgánicas se dan en menos del 10% de los casos. Himen rígido, fusión de labios vaginales, atresia vaginal o pene corvo congénito. La mayor parte de los cuadros se producen por vaginismo, fobias a la penetración y disfunción eréctil. 
 
Debería ser considerado como una nueva entidad clínica y distinguirse de las tradicionales disfunciones sexuales individuales. Como plantea el Dr. Gindin, se trata de un vínculo disfuncional donde cada uno de los miembros de la pareja trae una historia individual de miedo a la intimidad y una erotofobia compartida que justifican el síntoma. El elemento primordial para el diagnóstico es la dinámica de la pareja. Es mucho más que la suma por ejemplo, de un problema de vaginismo con una disfunción sexual erectiva. SIEMPRE SE ABARCA A LA PAREJA CONSULTANTE. Y el concepto PAREJA CON PROBLEMAS, donde ambos colaboran con el síntoma, en un circuito de "semivíctimas y semicómplices".
 
La expresión "matrimonio no consumado" o "matrimonio blanco", proviene del ámbito jurídico y religioso. Es una causa de disolución del vínculo matrimonial para los católicos. Y con esta denominación, se privilegia el objetivo copulativo-procreador de la pareja heterosexual (coitocentrismo).
 
Ya en el Antiguo Testamento, uno de los preceptos relacionados con la pareja conyugal es el de la obligación de procrear, que sin embargo aparece bajo la forma de una bendición. "Y los bendijo Dios y les dijo.... Fructificad y multiplicaos".
"Es el único caso en que una forma de bendición fue interpretada como una obligación con fuerza de ley" (Gindín)
Para la espiritualidad judía, "la unión sexual es la práctica terrenal que unifica el cielo con la tierra". El fin del matrimonio es la procreación, entre las múltiples obligaciones figura el tener descendencia a través de las relaciones sexuales de la pareja.
 
En el caso del matrimonio civil, la "impotencia" no constituye un impedimento, aunque sí permite reclamar su anulación. Pero para eso, debe tratarse siempre de una imposibilidad de realizar el acto sexual y no de esterilidad.
 
El Derecho carece de fuerza para imponer físicamente el acto sexual. Cada unión establece las características de su convivencia sexual . Los fines del matrimonio son para cada pareja los propios. A veces, el sexo puede cumplir un papel central o un papel secundario, depende del momento de cada pareja. ¿Acaso el matrimonio de personas mayores sería menos válido por no poder reproducirse?.
El Derecho de Familia no puede controlar lo que hace a la intimidad de las relaciones sexuales. Las prácticas sexuales de las personas pertenecen a su ámbito privado.
De hecho, la mayoría de las parejas con esta problemática sigue unida, compartiendo un "secreto de dos", sin llegar ni por vía legal ni religiosa a la disolución del vínculo.
 
El problema básico reside en que no sólo bloquean la sexualidad de la pareja (entendida como coito vaginal, porque en muchos casos si existe un variado acercamiento sexual) sino también el acceso a la maternidad y la paternidad. Lo más frecuente es que tengan una vida sexual muy rica, pero no penetrativa.
 
La tardanza en iniciar el tratamiento confirma la erotofobia mutua, pero también la complicidad con el síntoma. Las causas más frecuentes que llevan a la consulta es o la amenaza de que el vínculo se rompa o el deseo de tener un hijo.
 
Aún en un terreno tan privado como el de la sexualidad, existe una especie de guión previo de lo que se espera que hagamos y pensemos . No escapamos del discurso social en el que estamos insertos. Por eso, cuando consultan, se descubren pactos de silencio prolongados, como modo de protegerse de la sensación de exclusión de "lo normal" por no cumplir con aquella conducta sexual esperable.
 
Desde los respectivos estereotipos de género, la no maternidad (ser mujer) y la insuficiencia en la potencia viril (ser hombre) socava su identidad ante la sociedad. Por eso, prefieren presentarse como pareja infértil, asi la falla estaría en algo biológico e imponderable y no en el "ser".
 
Resulta difícil de comprender este cuadro en el marco de una cultura como la nuestra, donde la única actividad sexual considerada adulta y madura sería el coito vaginal y las demás, simples variantes de un juego sexual anticipatorio. Esto alimenta el "secreto de dos" y las dificultades para consultar sobre su cuadro, por considerar estar conducta como anormal o fuera de la regla. Sienten su demanda como vergonzosa, es un imperativo en la sociedad de hoy poder tener un coito y además, poder disfrutar con ello.
 
En el caso de los matrimonios no consumados, no se tratan de vínculos desgastados donde el deseo fue mermando, sino de parejas que si tienen un intercambio sexual placentero, sólo que no sigue los estándares esperados para una sexualidad considerada "adulta".
 
Como su motivo de consulta se refiere casi exclusivamente a su dificultad para tener hijos con este comportamiento, debemos centrarnos en brindar ayuda para lograr el tan ansiado coito vaginal que les permita la descendencia. Pero nuestro objetivo de trabajo no es el de emitir juicios de valor sobre los desempeños sexuales. El problema es la descendencia, no sexual, por eso abramos la escucha y la mirada, sin preconceptos.
 
 
LIC. MARIA ESTER ANTELO
 
 
LECTURA RECOMENDADA
 
# MATRIMONIOS NO CONSUMADOS (Gindín -Fridman)
# MATRIMONIOS NO CONSUMADOS - UNA MIRADA DESDE EL GÉNERO (Ana María Daskal)
 
 

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