EROTISMO
“Erotismo y
poesía: el primero es una metáfora de la sexualidad, la segunda una erotización
del lenguaje”. Octavio Paz
“El erotismo es una de las bases del
conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía”. Anais Nin
“ Hay en la muerte una indecencia, distinta, sin duda alguna, de aquello que la actividad sexual tiene de incongruente. La muerte se asocia a las lágrimas, del mismo modo que en ocasiones el deseo sexual se asocia a la risa; pero la risa no es, en la medida en que parece serlo, lo opuesto a las lágrimas: tanto el objeto de la risa como el de las lágrimas se relacionan siempre con un tipo de violencia que interrumpe el curso regular, el curso habitual de las cosas. Evidentemente el torbellino sexual no nos hace llorar, pero siempre nos turba, en ocasiones nos trastorna y, una de dos: o nos hace reír o nos envuelve en la violencia del abrazo... Es debido a que somos humanos y a que vivimos en la sombría perspectiva de la muerte el que conozcamos la violencia exasperada, la violencia desesperada del erotismo”. Georges Bataille
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Así como
dice Anais Nin, el erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo. Entendiendo
por erotismo el arte de dar y recibir placer, arte que se practica y se
cultiva.
Aunque
viene de Eros, el Dios del amor, el erotismo no necesariamente implica amor
pero si placer.
Vale la
pena diferenciar algunos términos que se usan como sinónimos pero no lo son. En el artículo de IN.CI.SEX , “Lo genital, lo
erótico, lo pornográfico” se describe claramente.
Lo sexual
se equipara la mayoría de las veces a lo genital. Y no debiera ser asi. La
sexualidad no debe confundirse con genitalidad, son términos diferentes aunque
se empleen para cuestiones similares.
Sexual
viene de sexo. Y genital, de generar. Si
asociamos la sexualidad a la genitalidad, corremos el riesgo de reducir la sexualidad a engendrar, a la procreación.
Sin embargo, la sexualidad engloba mucho
más que la mera reproducción. De la genitalidad podemos prescindir…. En cambio
la sexualidad es inherente a la condición humana. Si la sexualidad solo se asocia con una
genitalidad al servicio de la reproducción, la finalidad sería muy concreta y
acotada. Por el contrario, la sexualidad la engloba y la trasciende.
Tampoco es
lo mismo sexual y erótico.
Sexuales
somos todos, hombres y mujeres, porque tenemos nuestro propio sexo. El instinto
nos da la sexualidad, pero el deseo
humano y sus avatares nos dan la dimensión erótica. Porque para hablar de
erotismo, tenemos que hablar de un cultivo de nuestra sexualidad.
Y acá
tendríamos que diferenciar erotismo y pornografía. Totalmente opuestos. La
pornografía implica una exhibición directa del coito, mientras que en el
erotismo, simplemente basta con evocar situaciones placenteras. En palabras de
Octavio Paz, “En
todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la
imaginación”.
El erotismo
se practica y se alimenta. Lo descubrimos al experimentar, y es nuestra
sensibilidad y sensualidad lo que nos prepara para disfrutar. La sensualidad es el despertar de los sentidos
a través de las sensaciones. Para vivir una sexualidad plena hay que estimular los sentidos de
la manera adecuada y buscar situaciones íntimas que enciendan el deseo de ir
más lejos.
A través de
nuestro erotismo, puedes conocer y reconocer el cuerpo del otro. Porque cuanto
más atento estás a las señales de tu cuerpo y despierto a tu propia
sensualidad, más fácil es explorar el cuerpo del otro.
El
erotismo, igual que cualquier otro aspecto humano, lo podemos aprender. En la
etapa del enamoramiento, el erotismo está presente sin que las parejas sean muy
conscientes: hay tantas ganas de poseer
al otro que el deseo genera todo tipo de pensamientos y de conductas eróticas.
Luego de ese primer momento, es necesario para revitalizar la pasión utilizar de manera consciente el erotismo.
Si vivimos centrados en los genitales y en el coito, nos mutilamos sensorialmente. El coito no es la única vía de placer. “El sexo pierde toda su magia cuando es una obsesión mecánica” (Anais Nin)
Luego de ese primer momento, es necesario para revitalizar la pasión utilizar de manera consciente el erotismo.
Si vivimos centrados en los genitales y en el coito, nos mutilamos sensorialmente. El coito no es la única vía de placer. “El sexo pierde toda su magia cuando es una obsesión mecánica” (Anais Nin)
El objetivo
del erotismo es generar sensaciones de proximidad, de comunicación erótica, de
seducción. Así, el coito no sería tanto
el fin del erotismo sino su consecuencia, y la sexualidad se transformaría para
nosotros en un valioso milagro para vivir mejor.
El erotismo
permite que la sexualidad pase a ser una celebración de la vida.
LIC. MARIA ESTER ANTELO
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