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jueves, 20 de junio de 2013

AFRODISÍACOS



 
Afrodisíacos


“Para encontrarme a mí mismo, entera y ardientemente, tenía que recurrir a un fuerte estímulo que me sacudiera...” Herman Hesse


La palabra Afrodisíaco deriva del término griego afros (espuma) y nos remite a la Diosa  Afrodita. Según el mito, Cronos (dios del tiempo) castró a su padre  Urano y arrojó los testículos al mar. Afrodita nació de la espuma que hicieron los genitales  al sumergirse en sus aguas.

Afrodita representa la sensualidad, el  placer amoroso, por eso toda sustancia que provoca deseo o apetito sexual recibe el nombre de afrodisíaco.  Por un lado está el efecto psicológico, y por otro el efecto químico real.

Cuando se cree en ellos, se levantan las inhibiciones y se permite el disfrute sexual a pleno. Ahí es en donde reside su verdadero poder.   En algunos casos logran su cometido por la similitud con los órganos sexuales (el caso de las ostras o de las bananas). Por eso es tan importante el efecto psicológico como el efecto que logran en lo físico. La sugestión juega un papel primordial aunque hay alimentos que mejoran determinadas funciones relacionadas con la sexualidad.
Los afrodisíacos más comunes son los mariscos, las ostras, el jengibre o el chocolate. Pero también hay otros.

Sabemos que hay alimentos que mejoran el funcionamiento prostático. Por ejemplo, el aceite de oliva;  las nueces,  que son una gran fuente de selenio,( sustancia química que previene daños a los espermatozoides y por ende, aumenta las posibilidades de tener un esperma sano); el maní tiene una gran cantidad de vitamina E y es importante para el funcionamiento de los testículos y las almendras, que poseen magnesio, mineral que interviene en la producción del líquido prostático y de los espermatozoides. También las semillas de zapallo, girasol o sésamo.

Las ostras tienen zinc, que es bueno para la producción de esperma y testosterona y dopamina, una hormona que aumenta la libido.
La miel posee vitamina B, que favorece la producción de testosterona, y además es un alimento de bajo índice glucémico, por lo cual libera energía en forma lenta y pareja y eso aumenta la resistencia física.  El término “luna de miel” viene de una antigua costumbre por la cual los recién casados bebían agua miel para favorecer la concepción.

Al igual que la miel, otro alimento que libera energía en forma lenta es el arroz integral, que aparte de la vitamina B, nos da magnesio, útil para la contracción muscular, y por ende para el rendimiento sexual y el orgasmo.
El tomate fue prohibido en Roma por considerárselo el fruto del diablo. En algunas regiones de Europa se lo llamaba manzana del amor por sus propiedades afrodisíacas. La piel es rica en licopeno, que es esencial para la salud de la próstata. Otro alimento con licopeno es el morrón rojo.

Sabemos que la función del sildenafil (viagra) es dilatar los vasos sanguíneos para permitir que la sangre fluya hacia las zonas del cuerpo que tienen una participación decisiva durante el acto sexual. Por ende, todos los alimentos que ayuden a sintetizar el óxido nítrico, indispensable para la vasodilatación, logran un efecto afrodisíaco. Por ejemplo la sandía, debido a la arginina que contiene, ácido que ayuda a la síntesis de óxido nítrico. Hay que mencionar también el ajo, aunque después restará resolver el tema del aliento.
La raíz joven y pelada del jengibre estimula la circulación. Se usa mucho en la cocina oriental.

Los alimentos que NO ayudan a la función sexual son los picantes, la cafeína y el alcohol. Por ejemplo, el café le roba al organismo magnesio y zinc, que además son nutrientes que ayudan a evitar el stress.

Si bien dosis moderadas de vino tinto (Cabernet Sauvignon) ayudan a la circulación, cuando el abuso del alcohol se hace crónico, el hígado comienza a producir una enzima que reduce la testosterona. En palabras de Shakespeare: “el alcohol  solo provoca tres cosas, nariz roja, sueño y orina”

El chocolate, si bien contiene cafeína y su exceso provocaría un efecto vasoconstrictor no favorable para la erección, también contiene triptófano, responsable del aumento de la producción de serotonina en el cerebro que facilitan los sentimientos de bienestar.
El aroma a vainilla ayuda a la estimulación sexual, se dice que actúa en el sistema nervioso central y que tiene  efecto euforizante .Al igual que la menta, primera planta medicinal que se utilizó como afrodisíaco.

Hablando de aromas, en el mercado existen desde hace algún tiempo perfumes realizados a base de feromonas que prometen  éxito en la seducción. Hay que tener en cuenta que los seres humanos producimos naturalmente feromonas, olores que se liberan a través de las glándulas sudoríparas. La naturaleza nos proveyó naturalmente de este recurso; el valor supuestamente afrodisíaco de estos perfumes se originaría entonces en la seguridad que nos brindarían  para sentirnos más atractivos  a la hora de seducir.  
Hay productos herbarios a tener cuenta que suelen considerarse tónicos y estimulantes sexuales. Por ejemplo, el Ginseng  que actúa mejorando la capacidad del organismo para enfrentar al stress y el ginkgo biloba,que favorece la circulación sanguínea.

A la Maca peruana, energizante llamado “el viagra de los Incas”, se le atribuye propiedades que permiten mejorar el rendimiento sexual del hombre, aumentar la fertilidad y ayudar en los trastornos prostáticos y también los cognitivos. Fue usada por la NASA en la dieta de los astronautas y se la conoció más popularmente en nuestro país después que los jugadores del equipo Cienciano al vencer a River Plate, admitieran su consumo antes de salir a la cancha.
La Catuaba es una planta brasileña que ayuda en casos de estrés, por ende influyen en el rendimiento sexual. El consumo de estos productos, a pesar de ser de origen natural, debe ser cauteloso y siempre seguros de su procedencia.

Lo importante a tener en cuenta es que el concepto de buena salud, alcanza también a nuestra sexualidad.
El tabaquismo, la obesidad, la diabetes, la hipercolesterolemia, la hipertensión arterial, y el sedentarismo, llevan a una disminución de la producción de óxido nítrico en nuestro organismo, indispensable por ejemplo, en la fase del deseo y en la erección.

 Por ende, los mejores consejos para cuidar nuestro disfrute sexual son:

Seguir una alimentación saludable. Alejarse de las grasas saturadas y reducir el consumo de hidratos de carbono simples. Menos carne, más pescado. Cereales integrales, verduras y frutas.
Aumentar el consumo de vitamina E, complejo B, Magnesio, vitamina C y ácidos grasos omega 3, estos últimos nos ayudan a enfrentar el stress.

No fumar. La nicotina favorece la disminución de la irrigación sanguínea.
Bajo consumo de alcohol

Realizar actividad física. Facilita la liberación de endorfinas.

Hidratarse. Un cuerpo con poca hidratación padece más los estresores y sabemos el rol que cumple el stress en los problemas de índole sexual.
Realizar técnicas de relajación.

Y en cuanto a los afrodisíacos, más allá que todos tienen componentes que ayudan a una sexualidad saludable y plena, tener en cuenta que la sugestión juega un papel importante. Si pienso que determinada sustancia, actividad  o alimento va a favorecer mi desempeño sexual, seguramente será así.
No importa si el deseo se despierta con una sesión de masajes, con una comida estimulante, o jugando con aromas. Lo importante es que sea una invitación al disfrute sin culpa.

Para Helen Kaplan, los verdaderos afrodisíacos para mantener vivo el deseo sexual son el tiempo, la fantasía y el amor. Y yo agregaría que el antiafrodisíaco por excelencia es la rutina. Nada es más excitante que estar con la persona adecuada, dando rienda suelta a la imaginación, dispuestos al placer.   Bienvenidos entonces, aquellos afrodisíacos que nos dan los permisos necesarios para disfrutar.

 

 
LIC. MARIA ESTER ANTELO

 

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