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sábado, 22 de junio de 2013

AMOR O DULZURA DE VENUS



AMOR O DULZURA DE VENUS

EL CLITORIS

Pareciera que la ciencia nunca se ha hallado cómoda con el clítoris, sobre todo cuando se pensaba que la finalidad biológica del sexo era sólo la reproducción. El clítoris es la única parte del cuerpo humano que no tiene otra función que la de proporcionar placer. Entonces, estudiar sobre la  existencia de un órgano que no fuera útil para la función reproductiva no tenía lógica.

¿Es casualidad que se haya tardado tanto en estudiar el clítoris con el mismo rigor científico que el pene? Considero que no.

El clítoris tiene 4000 terminaciones nerviosas que llegan de ambos lados y culminan en un pequeño apéndice con 8000 fibras nerviosas. El pene tiene en total de 4000 a 6000, así que el clítoris tiene más terminaciones nerviosas y están comprimidas en un espacio mucho más reducido. Por eso es tan sensible

Reacciona prácticamente igual que un pene en cuanto a que recibe una gran cantidad de flujo de sangre cuando está excitado, se pone muy tenso y comienza a sobresalir un poco.

Este pequeño “botón mágico” es mucho más grande de lo que se cree, su tronco sube bajo el capuchón, después se curva y se extienden dos largas raíces que se prolongan a lo largo del hueso púbico.

La desconsideración del placer femenino ha llevado a la ignorancia de la mujer sobre su capacidad de disfrute. Es inconcebible que las mujeres piensen que su sexualidad está más inhibida que la de los hombres.

Cuando los primeros anatomistas identificaron la correlación de algunas partes del sexo de hombres y mujeres, lo hicieron siguiendo un orden jerárquico en el cual se concebía a la mujer como inferior al hombre.

El hombre era la medida de todas las cosas y la mujer existía para comparársela con él. Así se mantenía la jerarquización sexual.

Galeno fue el que introdujo la idea de que la vagina era el correlato del pene. Cuando describe los genitales femeninos como una versión “mutilada” de los masculinos, está reflejando el pensamiento general de su época, que afirmaba que el hombre era superior a la mujer.

El primero en hablar apasionadamente de la “sede de deleite de las mujeres” fue Reinaldo Colombo, anatomista italiano que en 1559 fue el primero en estudiar sobre el clítoris. Lo llamó Amor Veneris – amor o dulzura de Venus. Luego otros como Vesalius y Fallopio continuaron investigando.

Pero en esa época, los médicos cristianos tendían a pasar por alto las partes del cuerpo femenino que se consideraban irrelevantes para la reproducción. En la tradición cristiana, los placeres de la carne son un padecimiento y en la época de la caza de brujas, un gran clítoris era considerado la marca del diablo. Así el útero era el centro de interés de todos los estudios.

A pesar del recelo de la Iglesia por todo lo que concernía al placer, los médicos recetaban tratamientos sorprendentes para la Histeria. “untar el dedo con aceite perfumado y frotar la vulva en forma circular”. De esta forma, la mujer podía ser conducida a un arrebato (orgasmo).

En el siglo XIX se pensaba que la excitación sexual desequilibraba mentalmente a las mujeres y la culpa era del clítoris. Incluso se sospechaba que era el responsable de la histeria, la epilepsia y otras formas de locura. Cientos de mujeres fueron mutiladas en esa época, “curadas” de los males de la masturbación gracias a la clitoridectomía.

Aún hoy, sigue existiendo la mutilación sexual femenina: las culturas que dan valor excepcional a la virginidad realizan esta práctica ritual, pero este tipo de intervenciones reduce y hasta impide desear sexualmente.

Sigmund Freud , al distinguir dos tipos de orgasmos, el clitoridiano y el vaginal, estableció una jerarquía entre una sexualidad más infantil y otra más adulta. Y así caracterizaba al orgasmo vaginal como el verdadero orgasmo femenino.

La realidad es que la vagina tiene pocas terminaciones nerviosas y cuando se tiene un orgasmo mediante la penetración, es porque se estimula el haz nervioso clitoridiano.

El clítoris es mucho más grande y más complejo que las descripciones hechas en los libros de anatomía.

“El botón encapuchado que asoma discretamente entre los labios de la vagina es la punta de un enorme iceberg embutido en el cuerpo de la mujer”.

Está conectado a tejido eréctil interior y a dos abultamientos a ambos lados de la cavidad vaginal. La única parte visible del clítoris es el glande, que mide cerca de 2,5 cm, pero las raíces o piernas miden 7,5 cm. El tejido del clítoris es muy similar al del pene, con muchas terminaciones nerviosas, y no tiene otra función que no sea la de disfrutar de sensaciones eróticas.

Tanto en los informes Hite como Kinsey demostraron que la estimulación manual del clítoris era la forma más usada para alcanzar el orgasmo.

Con la llegada de la píldora anticonceptiva en 1960, las mujeres empezaron a disfrutar de una libertad sin precedentes. Mucho más control sobre su propia fertilidad y capacidad para evitar el embarazo no deseado. A partir de esta época aparecen materiales escritos por feministas que animan a las mujeres a apreciar la belleza de sus órganos genitales, a sentirse a gusto con sus sensaciones y a sentirse libres de masturbarse como medio de explorar y gozar de sus cuerpos.

Lic. MARIA ESTER ANTELO

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